Como primera medida, deberá dejarse expuesta toda la superficie a tratar.
Los métodos varian, desde el rasgado violento de toda tela que se interponga, hasta la orden que daba Tomás, (el de La insoportable levedad ...), a sus amantes. Se deja su elección a criterio de los interesados. Se recomienda además ir alternándolos.
Una vez efectuado este paso, es importantísimo seguir escrupulosamente las instrucciones siguientes, para obtener resultados óptimos.
Cada centímetro cuadrado de piel debe ser cuidadosamente:
Besado
Acariciado (con la punta de las uñas)
Lamido
Duchado
Enjabonado
Secado
Besado nuevamente
Encremado
Masajeado
Mordido
Rascado
Acariciado nuevamente (con la yema de los dedos)
Durante estas operaciones no deben evitarse las zonas más sensibles, pero tampoco detenerse excesivamente en ellas, ya que serán objeto de tratamiento especial en la segunda fase.
En ningún caso debe cederse ante las insinuaciones, amenazas, órdenes, ruegos etc. que inevitablemente manifiestan los sujetos del tratamiento, para pasar a la tercera fase sin dilaciones. Todo a su tiempo...
lunes, 4 de febrero de 2008
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