Decidido a modificar mi estado de soledad, hice una lista con todas las mujeres y comencé una selección.
Primero taché a las que fumaban.
Luego a las demasiado viejas y a las demasiado jóvenes.
Impugné decididamente a las que no habían oido hablar de Mussorgsky.
Se cayeron naturalmente las fanáticas de Chayanne, Montaner y Arjona.
No eran para mi tampoco médicas y abogadas.
Las obsesionadas por el baile y el gym siguieron el mismo camino.
Discriminé concienzudamente a las fanáticas religiosas.
No way para siliconadas.
Muchas desaparecieron por no tener hijos, o por tener hijos insoportables.
No tuve piedad con las sencillas, sensibles, románticas y todas sus variantes ortográficas.
Desaparecieron también las que esperaban a su príncipe azul, o a su media naranja.
Cuando terminé de tachar, milagrosamente había quedado un solo nombre en mi lista.
Tomé coraje, la busqué y le revelé nuestro inexorable destino juntos.
Ella me dijo que hacía mucho tiempo que me había tachado de su lista.
(Adaptado de un chiste gráfico del maestro Caloi)
lunes, 4 de febrero de 2008
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1 comentario:
No sea cararrota...Aca el unico q se da esos lujos es ud!
Solo como loco malo se va a quedar sabe?
Noto cierto dejo de misoginia en sus palabras...o me parece?
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